Hoy en el trabajo, un colega me preguntó, si era posible -Interpretar las decepciones- me acordé entonces de un texto que leí exactamente la semana pasada. Y hoy otra vez lo tomé entre las manos para asegurarme que yo había interpretado bien la lectura, para mi propio asombro una parte se quedó muy dentro de mi, así que le cite el texto que a continuación lo comparto con ustedes:
"De tanto en tanto, la vida nos decepciona. Nos decepcionamos de nosotros mismos, de nuestros fracasos y de nuestras frustraciones.
Estamos decepcionados de nuestra profesión, de nuestro marido o de nuestra mujer, de nuestra familia, o de nuestra iglesia. Hay quienes reaccionan con resignación ante la decepción. Simplemente se conforman con la vida tal como es. Pero en su corazón, se va muriendo, poco a poco, toda vitalidad, toda esperanza. Se entierran los sueños de la vida. También la decepción puede llevarme al tesoro. Quizás me libere de las ilusiones que me hago de mí mismo y de mi futuro. Quizás estuve mirando todo desde un prisma de color rosa y ahora la decepción me quita ese prisma y me muestra la verdad de mi vida.
La decepción desenmascara el engaño en el que había caído y lo elimina. Me muestra que mi imagen de mi mismo no es cierta, que me he estimado mal. Así, la decepción es la oportunidad de descubrir mi verdadero ser, la imagen que Dios se ha hecho de mí. Por supuesto que la decepción primero duele. Pero, a través del dolor, puedo aprender a reconciliarme con mi realidad y, así, a vivir conforme a la realidad."
Texto extraído de; Con El corazón y Todos Los Sentidos. Interpretar las decepciones como posibles. Anselm Grün.
miércoles, 16 de febrero de 2011
La decepción puede llevarme al tesoro
Hoy en el trabajo, un colega me preguntó, si era posible -Interpretar las decepciones- me acordé entonces de un texto que leí exactamente la semana pasada. Y hoy otra vez lo tomé entre las manos para asegurarme que yo había interpretado bien la lectura, para mi propio asombro una parte se quedó muy dentro de mi, así que le cite el texto que a continuación lo comparto con ustedes:
"De tanto en tanto, la vida nos decepciona. Nos decepcionamos de nosotros mismos, de nuestros fracasos y de nuestras frustraciones.
Estamos decepcionados de nuestra profesión, de nuestro marido o de nuestra mujer, de nuestra familia, o de nuestra iglesia. Hay quienes reaccionan con resignación ante la decepción. Simplemente se conforman con la vida tal como es. Pero en su corazón, se va muriendo, poco a poco, toda vitalidad, toda esperanza. Se entierran los sueños de la vida. También la decepción puede llevarme al tesoro. Quizás me libere de las ilusiones que me hago de mí mismo y de mi futuro. Quizás estuve mirando todo desde un prisma de color rosa y ahora la decepción me quita ese prisma y me muestra la verdad de mi vida.
La decepción desenmascara el engaño en el que había caído y lo elimina. Me muestra que mi imagen de mi mismo no es cierta, que me he estimado mal. Así, la decepción es la oportunidad de descubrir mi verdadero ser, la imagen que Dios se ha hecho de mí. Por supuesto que la decepción primero duele. Pero, a través del dolor, puedo aprender a reconciliarme con mi realidad y, así, a vivir conforme a la realidad."
Texto extraído de; Con El corazón y Todos Los Sentidos. Interpretar las decepciones como posibles. Anselm Grün.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario